lunes, 2 de mayo de 2011

PLACEBO

•Qué es un placebo?

La palabra placebo viene del latín y proviene de la Biblia cristiana, después de varios errores de traducción, dice el doctor Ben Z. Krentzman. La palabra apareció en primer lugar en el salmo 116 y adquirió connotaciones científicas en los diccionarios a lo largo del tiempo.

Hoy, la definición que encontramos de placebo es que se trata de una sustancia inerte o inactiva, a la que se le atribuye ciertas propiedades (como las de curar una enfermedad) y que al ser ingerida puede producir un efecto que sus propiedades no justifican. Muchas personas que ingieren, por ejemplo, una píldora que contiene nada más que almidón con azúcar, o uno de estos dos componentes, aseguran sentir mejoría en la enfermedad, al estar convencidas de estar tomando un remedio desarrollado especialmente para la misma.

Pero el placebo no existe sólo como sustancia. Una ‘cirugía espiritual’, hasta que no se pruebe que genuinamente ha ocurrido, puede ser un placebo. La persona ‘operada’ siente el corte, siente la sutura y ‘se cura’ del mal que le afligía, sin pasar por una cirugía convencional.

Una terapia también cumple las funciones a veces de placebo, donde se le atribuye a las técnicas de esa terapia un tipo de cura, y eso realmente ocurre. Las llamadas terapias alternativas, como las florales, los cristales, la radiestesia y muchas veces la propia psicoterapia, son consideradas aún por una gran parte de la comunidad científica como un placebo, afirma el Dr. Walter Brown, psiquiatra.

Pero el uso del placebo no está restringido al área científica o a las terapias alternativas. Nuestros abuelos conocían muy bien sus efectos cuando aplicaban sus ‘pociones mágicas’, e incluso con sus cuentos cuando sus nietos nos íbamos a dormir o cuando curaban los dolores de sus hijos, una enseñanza popular que ha pasado de generación en generación, sin cuestionamientos.

También dentro de esta categoría se encuentran las oraciones, que promueven los llamados milagros y la conocida ‘curación por la fe’. Al menos, mientras esos milagros y curas no sean comprobados, actúan como un placebo.

Y finalmente los mismos remedios, incluso al ser fabricados con una fórmula teóricamente capaz de combatir determinada enfermedad, pueden, por un error en la fórmula, no curar determinada enfermedad pero, tomados con ese fin, pueden estar actuando como un placebo.

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