
El aceite usado es un residuo que se produce diariamente en la mayoría de los hogares. Una familia de cuatro miembros es capaz de generar entre 18 y 24 litros de aceite usado al año. Una solución tradicional para deshacerse de este residuo es tirarlo por el desagüe.
El aceite de cocina es un residuo peligroso para el medio ambiente
Cuando se vierte el aceite usado de cocina por el desagüe del fregadero se corre el riesgo de producir una obstrucción en las tuberías. La grasa, al enfriarse, se adhiere a las paredes de las conducciones y actúa como un imán para otros residuos, formando un tapón que impide que el agua fluya libremente.
Pero no es este el problema mayor que plantea el aceite doméstico. En las depuradoras, el proceso de separación de las grasas y aceites del agua es complicado y costoso, y la mayoría de estos residuos acaban vertiéndose en los ríos y al mar. Allí, este aceite puede formar una película superficial que dificulta la oxigenación de las aguas al impedir el intercambio gaseoso con la atmósfera. Además, se adhiere a las agallas de los peces alterando su capacidad respiratoria..
Reciclar el aceite usado para hacer jabón casero
Otra manera más casera de reciclar el aceite de cocina consiste en emplearlo para elaborar jabón, según una sencilla receta al alcance de cualquier consumidor.
El primer paso es filtrar el aceite para eliminar las impurezas y los residuos sólidos. Se vierten 125 ml de aceite de cocina junto con 100 ml de agua en un recipiente grande y resistente y se bate, a mano o con batidora, hasta que la mezcla emulsione. Después se añaden 20 gramos de sosa cáustica y se remueve cuidadosamente el tiempo que lleve que se forme una mezcla gomosa y espesa. La sosa cáustica se compra en cualquier droguería y ha de manipularse con mucho cuidado, usando guantes protectores, ya que es un producto altamente corrosivo.
Se puede añadir un poco de aceite esencial o de suavizante para la ropa para mejorar el aroma del jabón resultante. La mezcla, que estará caliente después de añadir la sosa, se deja enfriar, como mínimo, hasta el día siguiente. Una vez fría, la masa sólida podrá trocearse en pastillas de jabón.
Este jabón es muy útil para lavar la ropa y la vajilla, no tanto como jabón corporal pues su pH no está controlado.
Un gesto que requiere poco esfuerzo para las personas como es el reciclaje puede suponer un gran beneficio para el medio ambiente. Porque reciclar no sólo ayuda a conservar los recursos naturales y a disminuir la cantidad de residuos producidos sino que también contribuye a reducir la contaminación y la demanda de energía.
Fuente: Marina Otero Spagnuolo
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